martes, 19 de abril de 2011

No todo es imposible, define locura en su aspecto más sereno, por lo tanto, más cuerdo.

Consigues lo que necesitas, lo que buscabas, lo que te quitaba el sueño por las noches… Lo tienes al alcance de tu mano y, de repente, ya no quieres algo así. Juguemos a complicarnos un poco la vida. A buscar algo más de lo que tenemos. Saltémonos todas las reglas, cambiemos un poco nuestros principios y luego, déjame perderme un rato en tu mirada. Te miro, sonrío y te vuelvo a mirar. Respiro, y mis pulmones se llenan de ese aire que me quitas cuando caminas en otras direcciones. Aparquemos por un rato las dudas, olvidemos las decisiones que aún quedan por tomar, para todo este tren aunque solo sea por un rato, porque ya no entiendo nada, camino del revés haber si me encuentro contigo, que estoy un poco necesitada de tu piel. Qué miedo, miedo a perderte, miedo a que la rutina acabe con nosotros antes de que seamos nosotros los que acabemos con ella. Te quiero regalar un poco de mí, sabiendo que quizás al final te tengas que ir. Te quiero susurrar, por si te vas, por si me dejas aquí, que siempre hubo algo que me arrastraba junto a ti.
Te necesito de una manera un poco torpe: ahora me muero por ti, luego ya no recuerdo tu nombre. No sé que es lo que pasa por mi mente. Entendiendo que esto no es nada más que un juego, dejemos que decida el viento el final de todo esto, mientras improvisemos los minutos que me quedan de tu calor, antes de que te marches, de nuevo, en otra dirección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario